Una historia alucinante que apela a la reversibilidad del tiempo, la magia de la ubicuidad y el rol determinante de la física. Un malabar mágico. Un desafío al entendimiento.
José Rafael Sosa
Tenet ha iniciado su recorrido por las pantallas recién abiertas del cine en el mundo, procedente de un director que ha encandilado los públicos y dividido a los críticos por la historia que se inscribe en las complejas vías de la física atemporal, y las leyes de la termodinámica, que supera los límites ordinarios de entendimiento.
Es justo el tipo de película con las condiciones para recuperar el deseo de vivir la magia en gran pantalla. Las alas de la aventura, la acción incesante y un guion que te clava a los asientos, dar a Tenet una certificación de calidad a ser buscada.
Con la etiqueta palindrómica de Tenet (concepto que describe las palabras que se leen igual al derecho y al revés), Tenet es una de esas películas convocadas a ser un hito del cine, producto la voluntad de un director que renunció a repetirse, a insertar su trabajo creativo en los cánones comercialmente previsibles, ofreciendo ahora un concierto de dirección de cine para mostrar que tan bueno es para o para dar al cine el sentido de una dimensión alucinante, ¿Quién sabe?
Nolan se revela contra la rutina y la comodidad del oficio para entregar obras que modifican la historia del cine, para lo que basta con recordar los títulos con que ha premiado el gusto por el cine: Memento (2000), Insomnia (2002), The Dark Knight (2008), la desquiciante Incepcion (2010) e Interestelar (2014) y el claustrofóbico drama bélico Dunkerque (2018).
Tenet tiene en su favor la ilusión inédita de una historia que viaja sobre la imaginación, su realización y la evidencia de todos sus recursos sometidos a la estricta dirección de un director que se sabe responsable de mostrar un universo nuevo, a lo que agrega la alteración del orden cronológico cotidiano y la construcción de una realidad alterna.
Tenet es una de esas películas que marcan el cine. Una demostración de cuán infinito puede ser el creativo don de entregar experiencias inesperadas, pese a que no es perfecta.
Tiene en su contra lo inentendible la plataforma de los conceptos físicos, de las leyes de la termodinámica, y la reversibilidad del tiempo, factores que compensa con una puesta en pantalla con el atractivo de sus secuencias de acción y el poder impresionante de sus efectos.
Nolan se planteó remover el cine con una historia que no deja indiferente a nadie, probablemente porque el dominio de las expresiones de la entropía y la reversibilidad del tiempo, no son de ordinario, del dominio de la comprensión de todos. Una que atrapa desde su primera y contundente secuencia de acción, que estrena y que se ha visto en otras producciones de alto nivel, para ir introduciéndonos a la psiquis del personaje central, signado con el genérico apelativo de John David Washington (El protagonista) y sus talentos de reparto Elizabeth Debicki (Kat), Robert Pattinson (Neil), Kenneth Branagh (Andrei Sator, Dimple Kapadia (Priya) y Aaron Taylor-Johnson (Ives).
Washington, ex jugador de futbol americano e hijo de Denzel Washington, acusa una inexpresiva expresión facial pudiendo haber sido más múltiple, aun cuando su desempeño en las tareas de acción es sencillamente perfecto, a diferencia de lo que ocurre en los roles de la actriz inglesa Debicki, (Kat), ni en Branagh (Sator) , que nos transmiten con fuerza la caracterización psicológica de sus personajes.
Este joven actor nos deja vacías algunas aspiraciones interpretativas, como las que vimos junto a Rubén Peralta en Cannes 2017 en Blackkkansman, una cinta de época realizada con corrección técnica, profundo y bien logrado compromiso social y una exquisita versatilidad. Eso le falta ahora.
Con Tenet se reafirma el buen uso de los recursos del cine: desde la seductora y sorprendente música de Ludwig Göransson que acentúa el dramatismo y las secuencias de acción, la fotografía de Hoyte van Hoytem que denota experiencia y entrega, sobre todo en sus planos medios y sus tomas de planos generales, una edición, responsabilidad de que asume un rol fundamental para suspender la respiración en espera de la escena que sigue.
El equipo técnico de un director como Nolan atesora experiencia y conocimiento de cómo rendir los rendimientos esperados. Y le responde como tal.
Tenet es una nueva referencia, alucinante como experiencia y deslumbrante como historia que no todos habrán de entender totalmente, pero que hay que ir a ver, incluso más de una vez.
Se estrena estrena en el país, desde el jueves 29 en las pantallas Caribbean Cinemas.