Es el montaje más hilarante disfrutado de los últimos meses que aprovecha la carga cómica de los comportamientos obsesivos compulsivos. Es una grata e inolvidable experiencia escénica.
José Rafael Sosa
Toc Toc, que ha logrado reponerse ahora en el excelente auditórium del Instituto Domínico-Americano, ha alcanzado un éxito que proporciona una experiencia de casi dos horas de carcajada continua y risa inspirada en la inusual combinación de parlamentos inteligentes con una interpretación coral, que vincula la actuación corporal con los oportunos parlamentos para dar como resultado una experiencia de difícil olvido. Le quedan aún las funciones del próximo fin de semana en el ICDA.
El proyecto tiene un encanto propio: Seis intérpretes, de los cuales, para la versión quisqueyana, cuatro son dominicanos, uno cubano y la que resta, argentina, y que logran cristalizar un vínculo serio con el teatro de la risa, apoyados en un texto de gran vuelo de final sorpresivo.
El impacto de la pieza se inició en desde sus primeras funciones en francés e inglés, tan pronto se iniciaron las funciones hace once años en Francia y Londres. Quienes han visto la representación inglesa sostienen que es profesional pero plana y monocromática.
Toc Toc es una pieza que desde su estreno en 2005, esperó n cinco años para ser traducida en 2010 al español por el dramaturgo Julio Quintanilla para crear una tradición de 6 años de montaje en España, 5 en Argentina, 3 en Paris, en México, Colombia, Sao Paolo, Bélgica, Chile, Canadá, Miami y Perú. Ese montaje para le abrió las compuertas para imprimirle a este texto genial, la gracia latinoamericana y caribeña.
Los talentos
Los intérpretes toman, bajo la orientación de la maestra Germana Quintana, el camino difícil de la actuación orgánica a fondo: el cubano Orestes Amador (Kamilo), el taxista desenfadado y calculista y acumulador excesivo; Gianni Paulino (Blanca), la Exmin Carvajal, Patricia Muñoz, Francis Cruz y la actriz y directora argentina Lorena Oliva.
Los seis se encuentran ante la exigencia de un rendimiento en tablas que impone viscerales actuaciones corpo-gestuales, intervenciones breves y precisas para provocar, girando en un festival de toques de humor que desfilan incesantemente, un puente de comunicación con el público que se hace casi íntima en la medida en que las acciones se desarrollan.
Son particularmente destacables los instantes de actuación gestual durante las pruebas de cada uno de los seis personajes para vencer sus Toc´s. Esos momentos de alegría vital son inolvidables y se constituyen en la marca más profunda en el ánimo de los expectadores.