José Rafael Sosa
MADRID. Los IV Premios Platino alcanzaron una brillantez por el aroma de justicia de su veredicto final y el profesional montaje de que fueron objeto, pero al país le queda un sabor de ausencias: no hubo ninguna película criolla que llegara a ronda final.
Para 2015, en Cancún, México (nación que decidió hacer provecho del la proyección mediática y social que supone el montaje en su territorio) es de esperar que el país figure en las casillas de las 43 finalistas, con proyectos que han sido exitosos este año: Reinbou, Sambá, El Hombre que cuida, Flor de azúcar y las multipremiadas internacionalmente Carpinteros y Cocote (esta última acabando de ser aceptada en el exigente festival internacional de cine de Locarno, en Suiza.
Tras esta edición cuarta, tras la última canción, La Macarena, interpretada por Los Del Rio y Gente de Zona, en un arreglo especial, puso fin a la ceremonia de Gala de los IV Premios Platino, en un programa que incluyó la interpretación del tema La Muralla, con letra de Nicolás Guillén, por parte de India Martínez, Sofía Reyes, Abel Pintos y Arkano, tras la entrega de las estatuillas con esa estilizada figura femenina, sosteniendo el mundo y que fuera diseñada por el escultor y artista multidisciplinario valenciano Javier Mariscal, presentada al mundo el 14 de Febrero de 2014 en Casa de América de Madrid, uno se pregunta: ¿y ahora qué?
La respuesta simple es que sigue ahora las V entrega en Julio o Agosto de 2018 en la Cancún, México, con la esperanza de que se sigan fortaleciendo como instrumento de integración de la industria.
Pero la realidad es que esa meta demanda un trabajo intenso, respecto del cual el Premio Platino es sólo un estímulo, un llamado, una esperanza.
Los implicados en esta industria tienen una responsabilidad mayor porque lograr ese crecimiento del cine, más allá de una ceremonia impecable (y que ya debe alejarse de modismos y giros que le asimilan a las del Oscar e imponer mayor creatividad latina), para insistir en el perfil propio,. Ese que da una cultura rica, variada y auténtica, comenzando con uno de los mejores logros del ceremonial de la Caja Mágica: la música.
Fue esta una espectacular gala retransmitida por 17 televisiones para más de 80 millones de hogares y conducida con acierto y gracia por el humorista español Carlos Latre y la actriz y cantante uruguaya Natalia Oreireo (sobre todo del primero de los dos).
El panorama audiovisual
Tan importante como la premiación misma, fue el V Foro de EGEDA, en que se presentó el panorama 2016 de la industria audiovisual iberoamericana y que se resume así:
En el mundo hay 157 mil 800 pantallas de cine, distribuidas con bastante injusticia en el planeta: Iberoamérica (Portugal, Brasil, España y América Latina) tienen 17 mil 608 pantallas de cine, mientras que Europa cuenta con 30,621, frente a las 46,661 de que dispone Estados Unidos. (V Informe Panorama Audiovisual Iberoamericano, EGEDA/FIPCA, 2016, dado a conocer el 20 de julio en Madrid, como parte de los IV Premios Platino del Cine Iberoamericano.
El discurso de las cifras del cine es aplastante y revela hasta qué punto Iberoamérica tiene que replantearse, desde el Premio Platino, todo: desde los incentivos para hacer cine y los canales de distribución, en la actualidad lucidos con tantas barreras por los condicionantes que infiltran, o divulgan, el cine “made in USA”.
El informe es claro en cuanto a determinar el nivel exacto de participación de la región en el consumo mundial audiovisual con contenidos propios: 11.1%, frente a un 87% de lo que produce Estados Unidos en materia de películas, series y cintas de televisión, documentales y otras formas de comunicación para ser vista y escuchada.
Los Estados Unidos cuentan con 1.685 millones, 260 mil 179 espectadores, pero no se conforma con un mercado tan amplio. Aspira a que el 82% del resto del mundo siga consumiendo sus productos, y tienen razones sólidamente comerciales: Iberoamérica tiene 68 millones 903 mil 644 espectadores de cine; Europa cuenta con 96 millones 536 mil 885 cinéfilos y el resto de los países del mundo totalizan 16 millones 496 mil 460 espectadores.
Los Platinos pueden contribuir ya que con n tan solo cuatro ediciones celebradas, los se han convertido en el evento de mayor difusión del séptimo arte en español y portugués y los primeros galardones cinematográficos que engloban a toda industria audiovisual iberoamericana: 23 países unidos en un proyecto común.}
Pero se impone hacer más, mucho más, para cambiar las condiciones desfavorecedoras tomando como punta de lanza, la capacidad creativa de nuestro cine regional.