Un medicamento experimental se muestra promisorio como tratamiento para una enfermedad común y potencialmente grave conocida como virus sincitial respiratorio (VSR).
Actualmente, no hay tratamiento ni vacuna contra el VSR, que puede resultar letal en los bebés y las personas mayores. Los niños son nueve veces más propensos a morir de este virus que de la gripe, apuntó el equipo de investigadores.
El fármaco, por ahora llamado ALS-008176, fue evaluado en un grupo de adultos infectados con el VSR. Redujo la cantidad de virus y mejoró sus síntomas, dijeron los investigadores.
«Estos resultados resaltan el potencial del fármaco como una terapia segura y efectiva para gestionar la enfermedad clínica», afirmó el Dr. Matthew McClure, de Alios BioPharma, Inc., el fabricante del fármaco, con sede en San Francisco.
Pero aún está por verse si tendrá el mismo efecto en los niños o personas mayores vulnerables.
El VSR provoca epidemias invernales de enfermedad respiratoria en los niños de EE. UU. Es la causa más común de bronquiolitis y neumonía en niños de menos de un año de edad en Estados Unidos, y una causa importante de hospitalización, dijo McClure.
Aproximadamente un 20 por ciento de los bebés habrá tenido el VSR cuando cumplan un año de edad, y casi todos habrán tenido el virus cuando cumplan dos, señaló.
Se necesitan más pruebas del nuevo fármaco, que podría no estar disponible hasta dentro de varios años, comentaron los investigadores. Actualmente, se está evaluando en bebés infectados con VSR, añadió McClure.
Los resultados del ensayo aparecen en la edición del 19 de noviembre de la revista New England Journal of Medicine. La investigación fue financiada por Alios BioPharma.
Para el estudio, la segunda de tres fases de investigación necesarias antes de que los medicamentos puedan ser aprobados en Estados Unidos, 62 voluntarios se infectaron con VSR a propósito. Los participantes recibieron aleatoriamente una de tres dosis de ALS-008176 o un placebo. El tratamiento se administró cada doce horas durante cinco días.
En los que recibieron las dosis más altas, la cantidad de virus se redujo de un 85 a un 88 por ciento, en comparación con los que recibieron el placebo, hallaron los investigadores.
Además, el virus no volvió tras el tratamiento, no ocurrieron efectos secundarios graves y nadie descontinuó el tratamiento, dijeron los autores del estudio.
Pero el Dr. Antonio Rodríguez, pulmonólogo pediátrico del Hospital Pediátrico Nicklaus de Miami, apuntó que el VSR es más grave en los niños que en los adultos.
«La pregunta es si reducir la cantidad de virus en los niños será suficientemente significativo como para hacer una diferencia en la gravedad de la enfermedad», planteó.
Si el fármaco reduce la tos, la sibilancia y los problemas para respirar que sufren los niños con el VSR, entonces sería un avance significativo, añadió Rodríguez.
El Dr. Bruce Hirsch, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital de la Universidad de North Shore en Manhasset, Nueva York, afirmó que el estudio es «un buen primer paso». Dado que el fármaco no se evaluó en niños ni en personas mayores con otras afecciones médicas, todavía no se ha determinado su efectividad, dijo.
«El VSR no es un problema de salud de los adultos jóvenes sanos. Puede ser un problema significativo en las personas mayores y en los bebés», explicó.
«Es solo un estudio preliminar, pero es bastante promisorio», añadió Hirsch.
Los investigadores también están intentando desarrollar una vacuna contra el VSR. En un estudio publicado a principios de mes en la revista Science Translational Medicine, los científicos evaluaron una vacuna experimental en forma de gota nasal en 15 adultos, 15 niños infectados con una forma leve del VSR, y 30 bebés y niños que no se habían infectado.
Los hallazgos mostraron una respuesta inmunitaria potente tras una sola dosis de la vacuna, señaló la autora del estudio, la Dra. Ruth Karron, directora del Centro de Investigación sobre la Inmunización de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.
Los científicos creen que podrían faltar años para una vacuna probada. Pero esos resultados amplían la lista de avances hacia inmunizaciones de rutina contra la enfermedad.