Durante el tradicional almuerzo navideño con la prensa, Rodolfo Valentín convirtió la celebración en una tribuna de denuncia: reveló que sus defensores lograron 5,000 absoluciones en un año, evidenciando que miles de ciudadanos son procesados sin pruebas.
Lo que estaba pautado como el tradicional almuerzo navideño de la Oficina Nacional de Defensa Pública (ONDP), se transformó este mediodía en una radiografía crítica y descarnada del sistema de justicia dominicano. En el salón del Hotel Crowne Plaza, repleto con más de 200 periodistas y comunicadores de todo el país, el director de la entidad, Rodolfo Valentín Santos, no ofreció un discurso festivo convencional, sino una advertencia contundente sobre el rumbo que lleva la política criminal del Estado.
Entre platos y copas, el funcionario lanzó cifras que indigestan al sistema acusatorio: en lo que va de año, la Defensa Pública ha logrado 5,000 decisiones favorables (entre autos de no ha lugar y absoluciones) a favor de imputados.

5,000 expedientes que «no debieron llegar a juicio»
Para Valentín, esta cifra no es un trofeo, sino el síntoma de una patología institucional. Explicó que estas miles de liberaciones ocurrieron porque los hechos no fueron acreditados, las pruebas eran ilegales o simplemente insuficientes.

«Nos estamos cargando de casos innecesariamente. Ojalá esos acuerdos se hubiesen dado en la etapa de investigación. No hubiésemos puesto a ese equipo de defensores, de empleados judiciales y del Ministerio Público a consumir el presupuesto de las instituciones en 5,000 casos que terminaron en nada», sentenció ante la mirada atenta de la prensa nacional.
La denuncia sugiere un desperdicio millonario de recursos estatales en perseguir ciudadanos sin sustento probatorio, saturando los tribunales y destruyendo la reputación de personas que, al final, resultan inocentes.

Contra las penas de 60 años: «Saldrán en ataúd»
En un momento donde el Congreso debate reformas profundas, el director de la ONDP fijó una postura radical en contra del aumento de las penas, calificando como inviable la propuesta de condenas de hasta 60 años en el nuevo Código Penal, especialmente dada la realidad del sistema penitenciario dominicano.
«Una condena de hasta 60 años es una locura. Un joven de 20 años condenado a 60, sale de 80. Y yo digo que sale de dos maneras: o no sale, o sale igual. En una cárcel de República Dominicana es imposible cumplir eso», afirmó categóricamente.
Valentín argumentó que el «populismo penal» (aumentar años de cárcel para calmar a la opinión pública) nunca ha resuelto la criminalidad en ninguna parte del mundo. «La fiebre no está en la sábana, sino en la prevención», añadió, abogando por una Justicia Terapéutica y real reinserción social.
El escudo contra el «Leviatán»
Utilizando una metáfora poderosa, Valentín definió a la institución que dirige como la única barrera entre el ciudadano común y el poder aplastante del Estado.
«La Defensa Pública es la sombrilla que cobija a aquel que está en manos del poder represivo del Estado, de aquel Leviatán que persigue, que imputa, que acusa y encarcela. El defensor público es la coraza de acero que garantiza el debido proceso», expresó.
Transparencia y alianza con la prensa
A pesar del tono crítico del discurso, el evento sirvió para reafirmar los lazos con los medios de comunicación. Valentín agradeció la asistencia masiva, definiendo a los periodistas como «multiplicadores de la voz de aquellos que no son escuchados».
El director aprovechó para rendir cuentas sobre la gestión interna:
- Transparencia: La ONDP exhibe calificaciones superiores al 95% en el índice de transparencia gubernamental.
- Dignificación: Se han logrado mejoras salariales, acceso a programas de vivienda y capacitación continua para los defensores a través de la Escuela Nacional de la Judicatura.
- Expansión: Nuevas oficinas y remodelaciones están acercando la justicia a las provincias.
El llamado final: Cultura de acuerdos
Para cerrar, Valentín hizo un llamado pragmático a los operadores del sistema (jueces y fiscales). Instó a imitar modelos como el de Puerto Rico o Estados Unidos, donde más del 90% de los casos se resuelven mediante acuerdos, descongestionando el sistema y ahorrando costos.
«Aquí queremos pelearlo todo en los tribunales», lamentó, sugiriendo que la «cultura del pleito» está costando demasiado dinero y tiempo al Estado dominicano, mientras las cárceles siguen llenándose de presos preventivos.
