Vengo hace días escribiendo sobre el ego, pero creo que el clímax sobre ese tema aún no lo hemos alcanzado.
Escrito de Patz Guerrero).
Esa famosa frase concluyente de Al Pacino interpretando a Lucifer en la película El abogado del Diablo, “Vanidad, mi pecado favorito”, refleja la debilidad más frecuente y certera a la que el ser humano se enfrenta, y que resulta la trampa perfecta, para perderlo todo justo en el mejor momento de nuestras vidas.
Hago este preámbulo sólo para iniciar románticamente con un tema que realmente es frío y carente de amor, y que involucra directamente la clase artística dominicana.
Hace unos días en el espía de Diario Libre se comentaba (muy en lo correcto) sobre la falta de unión en los diferentes géneros musicales. Hoy en el mismo medio y en el mismo espacio, el tema es la administración de los lives que ya saturan, siendo muchos carentes de contenido relevante, cuya única intención es sonar a como dé lugar. Ambos comentarios se refieren de diferentes maneras al tema en cuestión: El Ego.
¿Y es que no nos cansamos de vernos en el espejo? Es más, tú entras en algunos de esos lives y si observas bien, verás como no dejan de verse a sí mismos, extasiados… frente a su imagen hipnotizante que ya hastía.
Asimismo, es increíble cómo hasta las mejores propuestas artísticas locales pueden desintegrarse o ensuciarse de energía negativa, por el pequeño hecho de “en qué lugar estoy yo ahí”, o el orden que ocupe «mi nombre» en una nota de prensa. ¿Y el detector de M dónde lo dejamos?
Es agotador el proceso de lidiar con equipos cuando se trata de arte en RD, pues el nivel de tacto para no herir sentimientos en un proyecto puede incluso tomarse más tiempo que el mismo proyecto.
Desgasta y entristece que nada pueda celebrarse con quien más quieres hacerlo, simplemente porque antes de unirnos y echar para adelante y después cosechar los frutos del esfuerzo, queremos el asunto ahora y sin esperar mucho, coartando la trascendencia de una obra inmensurable, al punto de vista individual.
Cuando veo las grandes propuestas internacionales, propulsar sus talentos como la cara de las mismas, y llevarlos a la cima, muy por encima de otros grandes nombres que se encuentran detrás del telón de esos productos, es que me doy cuenta, cuanto nos falta. Aquí lo decimos al revés.
Lo mismo pasa en todas las áreas… algo así como los que promueven a un artista, pero quieren salir más que el mismo artista en las fotos y notas.
Después de señalar todo esto, solo le pido a Dios que me libre. Sé que tiene mucho que ver con el éxito, el que evidentemente no he tenido aún, pues parece un común denominador este comportamiento al triunfar. Pero de repente siento esperanza de que no sea de esta manera, cuando veo carreras tan hermosas y desprendidas de grandes artistas del mundo, tranquilizandome, pues tal vez no sea siempre así.
Una vez más, soltemos el ego… vamos a unirnos y a dar sin buscar el mention, y estoy segura que eso regresará a nuestras vidas para bien.