La Sociedad Dominicana de Pediatría dice que el regreso a clases necesita vigilancia y prevención mientras se prolongue la pandemia.
El regreso a clases, tema propio y habitual en estas fechas, llega este año cargado de incertidumbre y preocupación para los padres.
En este sentido el doctor Marcos Díaz Guillen, presidente de la Sociedad Dominicana de Pediatría habla sobre las cuestiones que deben ser tomadas en cuenta por causa de la pandemia de COVID-19.
“Una vez que se acerca el inminente regreso a la actividad escolar, hemos de afrontar el hecho de que mantener las normas de distanciamiento físico y prevención del contagio de coronavirus será especialmente difícil en las guarderías y clases maternales principalmente”, ha manifestado el doctor.
Ciertamente, el cuidado de los más pequeños requiere de una estructura muy meticulosa y bien pensada para evitar la contaminación por coronavirus.
En primer lugar, hay que tomar consciencia de que es necesario un personal al cuidado de cada grupo pequeño de niños, y que este personal debe disponer del equipo de protección adecuado que le permita actuar con eficiencia y seguridad.
En la escuela primaria siempre es recomendable recortar el tiempo presencial a tandas de tres a cuatro horas, ya que cuanto más pequeño es el niño, el riesgo de contagio aumenta. En niños mayores de cinco años los grupos pueden ser más grandes (hasta quince muchachos), pero siempre cuidando el distanciamiento, la higiene y la vigilancia.
La SDP reconoce que casi ningún plantel público y muy pocos privados están en condiciones de aplicar estas medidas mínimas para evitar con total seguridad los contagios.
“En la escuela secundaria, el riesgo es teóricamente menor porque los alumnos son más maduros y se les puede implicar, nombrando un delegado para cada grupo de estudiantes, por ejemplo, en las tareas de vigilancia y control del distanciamiento y seguridad”, aclaró el doctor Díaz Guillén.
Para estos niveles es recomendable hacer grupos de mañana y tarde, y tomarse unos minutos para educar a los alumnos en salud y prevención durante la pandemia.
En principio las clases presenciales deberán ser alternadas con clases a distancia si fuese posible, teniendo en cuenta que muchos alumnos pueden no disponer de equipos tecnológicos para recibir este tipo de enseñanza.
Lamentablemente debemos admitir las dificultades de acceso a internet de una buena parte de la población, así como la limitación de equipos a disposición de cada niño, lo cual hace difícil que todos los menores de una misma familia puedan acudir simultáneamente a las aulas virtuales, por no mencionar la dificultad añadida de la supervisión y atención constante de los padres durante las clases.
En todo caso, las escuelas deben ofrecer facilidades para el lavado de las manos: agua corriente, jabón y desinfectantes a base de alcohol, aulas amplias y bien ventiladas, que se desinfecten diariamente, así como pupitres, manubrios y utensilios permanentemente atendidos e higienizados.
Tampoco se debe olvidar la obligatoriedad de la mascarilla, y la limitación de los grupos a la hora de almuerzo y recreo.
El doctor Díaz Guillén ha finalizado enfatizando que “Estas son solo algunas sugerencias para el reencuentro con las aulas, en la línea de las que están tomando otros países; por lo que estamos esperando con interés conocer cuáles serán las fórmulas que las autoridades dominicanas pondrán en marcha para asegurar un regreso a clases dentro de los parámetros de nueva normalidad”.
ACERCA DE LA SOCIEDAD DOMINICANA DE PEDIATRIA
La Sociedad Dominicana de Pediatría (SDP) es la institución científica más antigua de nuestro país. Fue fundada por los pioneros de la Pediatría Dominicana, en la sala de consulta del Hospital de Niños Ramfis, de la ciudad de Santo Domingo, el 20 de julio de 1947. Su primera junta directiva fue integrada por los pediatras: Alberto Peguero, Rafael Miranda, Jaime Jorge, Rafael Santoni, Aquiles Rodríguez y contó además con la presencia de Emil Kasse Acta, quien en ese momento era estudiante de medicina.