CLEVELAND. Stephen Curry y LeBron James dijeron lo que pensaban el año pasado. Y no han cambiado de opinión.
No importa cuál de los dos se corone con su equipo en la final de la NBA, ninguno de los superastros tiene intención alguna de visitar al presidente Donald Trump en la Casa Blanca.
En el día en que estaba prevista originalmente la visita de los Eagles de Filadelfia a la residencia oficial para conmemorar su victoria en el Super Bowl, Curry y James se pronunciaron a favor de los jugadores de ese equipo. Trump canceló la reunión, y la Casa Blanca señaló que muchos Eagles tenían previsto no asistir, por lo que los acusó de abandonar a sus seguidores.
“No me sorprende, es típico de él”, dijo el martes James, el astro de los Cavaliers de Cleveland, en referencia a la decisión de Trump. “Sé que no importa quién gane esta serie, nadie quiere la invitación de ninguna manera. Así que ni Golden State ni Cleveland irán”.
En la víspera del tercer partido de la serie final de la NBA entre los Warriors y los Cavaliers, la política fue el tema principal de conversación.
Curry desató la ira de Trump el año pasado, cuando dijo que no iría a la Casa Blanca. El presidente retiró la invitación para el jugador y para los Warriors, campeones de la NBA.
El martes, Curry dijo que había hablado con un jugador actual de los Eagles acerca de la forma en que el equipo toma sus decisiones. Afirmó que la postura de los jugadores va más allá de las discrepancias con las políticas de Trump y de la polémica por el hecho de que algunos jugadores de la NFL se han arrodillado para protestar durante la interpretación del himno nacional antes de los partidos.
“Es una conversación importante, pero no puedes controlar lo que otras personas intentan o hacen. No puedes controlar la narrativa de cosas así”, explicó Curry.
Agregó que el equipo ha estado en la misma sintonía tras sus comentarios del año pasado y luego de que Trump retiró la invitación.
“Y cada equipo que ha ganado un campeonato desde entonces ha pasado por eso”, dijo.
Han surgido tensiones evidentes entre muchas estrellas del deporte y el gobierno actual durante la presidencia de Trump. El presidente ha criticado duramente a los jugadores que se arrodillan durante el himno, una protesta que comenzó en 2016, cuando Colin Kaepernick, quarterback de los 49ers de San Francisco, lo hizo para pronunciarse contra el racismo y contra los casos en que policías han abatido a tiros a personas de raza negra.
Trump dijo que el evento con los Eagles se canceló en vista de que algunos jugadores “están en desacuerdo con su presidente, porque él insiste en que se pongan de pie con orgullo para escuchar el himno nacional, con la mano en el corazón, para honrar a los grandes hombres y mujeres de las fuerzas militares y a la gente del país”.
Ningún jugador de los Eagles se arrodilló durante el himno en la temporada anterior.
“Tomaron la decisión de mentir y de pintar a estos jugadores como antiestadounidenses, contrarios a la bandera y a las fuerzas militares”, escribió Malcolm Jenkins safety de los Eagles, en las redes sociales.