Una solemne ceremonia fue organizada en el hotel El Embajador, donde quedó formalmente constituida la ‘Orden Dominicana de Francmasones’, como una federación de logias masónicas simbólicas regulares.
La nueva agrupación ha sido formada por cinco logias, una de San Francisco de Macorís, una de San Juan de la Maguana, y las otras tres son de Santo Domingo. De carácter discreto, humanista, y filosófico ha sido fundada en torno a un sentimiento de fraternidad entre los hombres.
En su Acta de Constitución se establece que para ingresar a la Orden de Francmasones se debe ser hombre, nacido libre, mayor de edad, y no tener antecedentes penales.
Para que una logia califique para membrecía en la federación masónica, todos sus miembros deben creer en Dios y en la inmortalidad del alma. También, en todas las reuniones de las logias deberá estar presente la Santa Biblia, la cual se abre en el Salmo de David No. 133 que comienza diciendo: “Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos en armonía”.
Sin embargo, la Masonería no es una religión y sus miembros son libres de pertenecer al credo de su preferencia.
La organización será dirigida en su primer periodo por los siguientes oficiales: Gran Maestre Gustavo, Adolfo Ortiz Malespín; Diputado Gran Maestre, Hugo Alfonzo Paulino Guzmán; Gran Primer Vigilante, Adalberto Hungría Soto Peña; Gran Segundo Vigilante, José Alejandro Smester López; Gran Secretario, Braulio Eliezer Almonte Reynoso; Gran Canciller, Miguel Angel Saviñón-Antoni; Gran Orador, Juan Pablo Rodríguez Castillo; Gran Tesorero, Gregorio Antonio Cáceres Suriel y Gran Hospitalario, José Gregorio Frías Pérez.
La Masonería es una escuela filosófica, iniciática, humanista y filantrópica, que invita a sus miembros a seguir las sendas de la Virtud y la Verdad, mediante el constante trabajo en su formación moral, ética y espiritual, para el progreso y mejoramiento de la sociedad.