La instalación eléctrica en cualquier espacio es un tema que no se debe tomar a la ligera, ya que la calidad de los productos y la forma en que se utilicen es un componente muy importante para la prevención de incendios y la seguridad de las personas.
La recomendación principal es utilizar productos de alta calidad, pero ¿cómo saber cuáles son esos productos? Procurar que estén certificados es el primer paso.
Las certificaciones son un sello de calidad otorgado por organizaciones privadas de evaluación a productos, empresas o procesos. De esta manera un tercero experto certifica que se cumple con procesos adecuados y se utilizan materiales de alta calidad.
En iluminación e instalaciones eléctricas es aún más importante contar con productos certificados, que minimicen la probabilidad de fallos y procuren la máxima seguridad, tanto para quienes los instalan como para quienes los utilizan.
Una de las certificaciones más utilizadas y prestigiosas es la Certificación UL, un sello de seguridad que le garantiza tranquilidad, protección y confianza.
Jorge Madriz, director de la unidad de Investigación y Desarrollo de la empresa Sylvania, explica que “UL es un certificado de seguridad, no directamente de calidad. Asegura que a la persona que instala o utiliza un producto UL no le va a pasar nada que atente contra su integridad física o su vida”.
Por ejemplo, en el caso de las luminarias, un producto con este sello está diseñado para evitar incendios a causa de algún desajuste eléctrico, o que un instalador o usuario se vean en peligro por no tener protección ante posibles cortos circuitos.
Estándar internacional
UL se refiere a Underwriters Laboratories Inc., una entidad global independiente que se encarga de regular y educar al mercado, cuyo propósito es concientizar a la población para que utilice productos seguros. Como institución, UL da seguimiento y controla a la empresa que fabrica para asegurar la calidad y buen desempeño del producto.
Esta certificación abarca la protección contra riesgos eléctricos de cuatro tipos principales: eléctricos, mecánicos, de calentamiento y biológicos. Por ejemplo, entre los mecánicos estarían sistemas que aseguren que las piezas no se caerán mientras están siendo instaladas en lugares altos, pudiendo golpear a alguien. La cobertura contra riesgos biológicos implica sistemas con protección contra insectos o animales, como ratones, que puedan alcanzar cables y roerlos generando daños.
“Por supuesto que al utilizar materiales de la más alta calidad y cubrir esas cuatro áreas en cuanto a diseño y ensamblaje del producto, podemos decir también que adquiere una altísima calidad”, agrega Madriz.
También existen otras certificaciones que se enfocan en la calidad de los productos, por ejemplo, el ISO 9001. Esta asegura que los procesos son ordenados y se ejecutan de tal forma que el producto va a estar bien hecho; desde el área de compras, bodegas, protocolos de planta, diseño de nuevos productos, entre otras.