La Romana, República Dominicana.- Para algunos, el helado es un simple alimento congelado con diversos grados de intensidad de sabor, pero el amor y el cariño que invierten algunas compañías va más allá de ser solo un postre.
Contagiar felicidad, sonrisas, alegría a través de estallidos de sabor gracias a una elaboración artesanal de fruta autóctona y totalmente natural que desean por igual niños y adultos es un ambicioso cometido que muy pocos llegan realmente a conseguir.
La pasión por el exotismo afrutado provoca, entre otras cosas, que se disfrute de fruta fresca en cada cucharada de helado, siendo un completo aliado contra el calor dominicano y, además es un producto amigo del estilo de vida saludable mediante el uso de frutas locales sin componentes artificiales.
Un claro ejemplo de helado que reúne todas las características es Jolly Frost, una marca de helados gourmet, exótica, intensa y genuinamente dominicana que apuesta por la salud de las personas y se compromete con el progreso de su país.
Para celebrarlo, representantes de Jolly Frost se trasladaron esta semana a la Escuela Cavalotto, (www.escuelacavalotto.com) en La Romana, un centro muy especial donde los estudiantes son niños con autismo y otro tipo de discapacidades, para repartir sonrisas, felicidad y alegría a más de 150 alumnos. Un sentimiento que se exportó ese día a toda la comunidad, una prueba más de que el helado no es un simple alimento congelado si se hace con buena materia prima, pasión y cariño por su elaboración.