Un botiquín de primeros auxilios es una herramienta básica e indispensable en cualquier hogar, porque no sabemos en qué momento nos veremos precisados a enfrentar un accidente casero, una lesión leve, un malestar o dolencia inesperada, ya sea nuestra o de un familiar.
Para estos fines, debemos utilizar una caja limpia y de un material duradero (plástico o metal), ubicarlo en un lugar de fácil y rápido acceso y surtirlo con los medicamentos y materiales necesarios para poder brindar una asistencia rápida que podría hasta preservar la vida de una persona.
Tenga en cuenta que en un botiquín hogareño no deben faltar los siguientes elementos: analgésicos, antipiréticos, antialérgicos, supositorios, repelentes de mosquitos, gaza, curitas, esparadrapo, vendas, mascarilla de protección facial, un frasco de alcohol, toallitas de alcohol, suero fisiológico,
También debe contener agua oxigenada, jabón desinfectante, algodón, tijeras de puntas redondeadas, pinzas sin punta, una pomada para quemaduras y para golpes, antiespasmódicos, colirios relajantes, gotas oftálmicas,
Para optimizar su uso, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:
1.-Ubìquelo fuera del alcance de los niños, pero en un lugar conocido por todos los adultos.
2.-Si alguien de la familia padece una patología determinada (asma, diabetes, hipertensión, etc.) guarde en él las medicinas que le haya indicado el médico.
3.-Revise periódicamente los medicamentos que contiene para eliminar los que están vencidos.
4.-Manténga los fármacos en su envase original, para tener a mano las indicaciones sobre su uso y la fecha en que vencen.
5.-Pegue un letrero en la parte delantera de esta caja de socorro, detallando los productos y materiales que contiene.
6.-Colóquelo en un lugar fresco y seguro; nunca en el baño, ni en la cocina, porque el calor y la humedad pueden dañar los medicinas.