Lima, mayo de 2025 — La historia de Internet, a casi seis décadas de su invención, es también la historia de la transformación de la humanidad. Lo que alguna vez fue una red exclusiva para fines militares y académicos, hoy es el escenario principal donde se desarrolla la vida cotidiana. Desde trabajar y estudiar, hasta comprar, entretenerse o incluso tomar decisiones médicas, la red está en el centro de la acción.
En el Perú, el crecimiento del acceso a Internet sigue en ascenso. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), durante el tercer trimestre de 2024, el 80,2% de la población de 6 años a más accedió a Internet, con una penetración del 89,9% en Lima Metropolitana, 82,9% en zonas urbanas y 56,1% en áreas rurales. Sin embargo, más allá de las cifras, lo verdaderamente revelador es cómo este acceso está transformando radicalmente la forma en que los ciudadanos interactúan con la tecnología y con el mundo.
En este nuevo ecosistema digital, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una de las fuerzas más poderosas de cambio. Su integración con la red está redefiniendo tanto la experiencia del usuario como el diseño mismo de Internet.
“La IA convierte al Internet en una experiencia dinámica y personalizada. Gracias a su capacidad de aprendizaje, hoy la red puede anticipar lo que buscamos, ofrecer respuestas más precisas y adaptarse a nuestras necesidades en tiempo real”, explica Jesús Bellido, decano de la Facultad de Computación de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC).
Bellido identifica cuatro formas clave en las que la inteligencia artificial está reconfigurando la red y, con ella, nuestra forma de vivir.
1. Moderación de contenido en tiempo real
La toxicidad en línea ha sido uno de los grandes desafíos de las redes sociales y los espacios digitales. En respuesta, la IA ha asumido un rol central como moderadora digital. Algoritmos diseñados para detectar lenguaje violento, discursos de odio, imágenes explícitas o desinformación actúan de forma preventiva, muchas veces antes de que un humano los vea.
Plataformas como Facebook, YouTube y TikTok han implementado sistemas capaces de analizar miles de publicaciones por segundo, lo que permite mantener entornos más seguros y confiables para millones de usuarios.
“La IA puede detectar patrones que un equipo humano tardaría días en identificar. Su capacidad de respuesta inmediata es lo que la hace indispensable para el mantenimiento de comunidades digitales saludables”, sostiene Bellido.
2. Atención al cliente automatizada con chatbots avanzados
La atención al cliente ha vivido una revolución silenciosa. Los tradicionales centros de llamadas han sido en gran parte reemplazados por chatbots impulsados por inteligencia artificial. Estos asistentes virtuales pueden entender el lenguaje natural, resolver dudas, e incluso anticiparse a las necesidades del usuario.
A diferencia de los primeros bots de respuestas rígidas, los nuevos sistemas —como los implementados por bancos, aerolíneas y tiendas en línea— aprenden de cada conversación, mejoran su precisión con el tiempo y reducen considerablemente los tiempos de espera.
“Hoy los chatbots no solo responden. Conversan, interpretan emociones y ofrecen soluciones inmediatas. La experiencia del usuario ha cambiado radicalmente”, indica el experto.
3. Comercio electrónico personalizado
Comprar en línea dejó de ser una transacción pasiva. Gracias a la IA, las plataformas de e-commerce ahora ofrecen experiencias de compra totalmente personalizadas. Desde recomendaciones basadas en el historial de navegación hasta ajustes de precios dinámicosy pruebas virtuales con realidad aumentada, la experiencia del consumidor es más inmersiva y eficiente.
Sitios como Amazon, Mercado Libre y tiendas de moda como Zara, ya utilizan algoritmos que analizan miles de datos por segundo para anticiparse al deseo del consumidor.
“La IA no solo predice lo que un usuario puede querer, sino que también optimiza la logística, la gestión del inventario y la experiencia postventa. Es una revolución completa del comercio”, señala Bellido.
4. Generación de contenidos visuales e interactivos
El ámbito creativo también ha sido tocado por la inteligencia artificial. Herramientas como DALL·E, MidJourney y Runway permiten la generación de imágenes, videos y experiencias interactivas a partir de simples descripciones textuales.
Esto ha ampliado las posibilidades para diseñadores, publicistas, periodistas y artistas digitales, que ahora pueden crear piezas únicas con mayor velocidad y menor costo. También ha dado origen a un nuevo estilo de contenido: interactivo, personalizado y generado automáticamente, lo que está marcando el futuro del marketing, la educación y el entretenimiento digital.
“Estamos viendo el surgimiento de una nueva generación de creadores que no necesariamente tienen formación técnica, pero que gracias a estas herramientas, pueden materializar sus ideas visuales con un nivel profesional”, explica Bellido.
Un ecosistema en transformación constante
En el marco del Día Mundial de Internet, celebrado cada 17 de mayo, es pertinente preguntarse: ¿estamos listos para lo que viene? La IA no solo está mejorando la eficiencia de la red, está también reconfigurando nuestra relación con la tecnología, y, en muchos casos, con nosotros mismos.
Para Bellido, el gran reto es asegurar que esta transformación digital sea inclusiva, ética y humana. “La tecnología no es el fin, sino el medio. Debemos garantizar que estas herramientas potencien las capacidades de las personas, reduzcan brechas sociales y respeten nuestros valores”.
Internet no es el mismo que hace diez años. Y mañana tampoco lo será. La inteligencia artificial está acelerando ese cambio con una intensidad sin precedentes. Desde la manera en que compramos hasta cómo nos informamos o creamos arte, la red se ha vuelto más inteligente, sensible y personalizada.
Entender este nuevo escenario no es solo una cuestión técnica: es una urgencia ciudadana. Porque mientras más conscientes seamos del poder de estas herramientas, más capaces seremos de decidir cómo usarlas —y no solo de dejarnos usar por ellas.