Santo Domingo, RD. – Octubre 2025. En esta época de Halloween, mientras muchos temen a los fantasmas, brujas y criaturas del más allá, el verdadero terror acecha en otro lugar: el ciberespacio. Los “monstruos” modernos no llevan máscaras, sino códigos maliciosos, y sus presas favoritas son los sistemas informáticos y los datos empresariales.
Según Wilson Calderón, director técnico asociado para Latinoamérica de ManageEngine, división de Zoho Corp., “la ciberseguridad debe evolucionar al mismo ritmo que la innovación. Las empresas no pueden pensar en tecnología sin pensar en seguridad”. El experto advierte que la transformación digital ha ampliado el área de ataque, por lo que urge integrar la protección desde la fase de diseño de cada sistema.
Los fantasmas digitales más temidos del 2025
Dispositivos sin protección: el susto silencioso del trabajo híbrido
El auge del trabajo remoto e híbrido ha traído consigo un nuevo peligro: los “dispositivos fantasma”, equipos personales no protegidos que abren puertas ocultas a los hackers. Calderón recomienda aplicar un enfoque de “confianza cero”, asegurando cada equipo conectado a la red corporativa.
Software obsoleto o pirateado: la puerta al inframundo digital
El uso de programas desactualizados o descargados ilegalmente sigue siendo una de las mayores vulnerabilidades. Cada parche omitido puede ser una entrada para espíritus digitales, como el malware o el ransomware. La actualización constante y el bloqueo de descargas no autorizadas son esenciales para mantener alejadas las amenazas.
Fuga de credenciales: el hechizo de la negligencia
Las contraseñas débiles y la falta de controles de acceso siguen siendo los conjuros más peligrosos en el mundo digital. Los ciberdelincuentes que logran romperlos pueden moverse libremente dentro de los sistemas corporativos, comprometiendo información sensible y reputación.
Amenazas internas: los fantasmas de casa
Como en toda historia de terror, los enemigos pueden estar dentro. Empleados, contratistas o proveedores con acceso legítimo representan una amenaza silenciosa, muchas veces por descuido o error. La solución: monitoreo continuo, permisos limitados y una cultura activa de concienciación en ciberseguridad.
Ataques con inteligencia artificial: la nueva cara del mal
La IA generativa se ha convertido en una aliada de los criminales digitales. Con ella, crean mensajes, voces o videos falsos —deepfakes— que engañan hasta a los expertos. Los fraudes empresariales con identidad falsa van en aumento, desdibujando la frontera entre lo real y lo artificial.
Ataques al IoT: los dispositivos “poseídos”
Desde cámaras hasta sensores industriales, los dispositivos del Internet de las cosas (IoT) son portales abiertos al ciberinfierno si no se protegen correctamente. Contraseñas por defecto, firmware antiguo y falta de segmentación convierten al IoT en el campo favorito de los hackers.
Del miedo a la acción: exorcizando los riesgos digitales
Aunque estas amenazas parezcan invisibles, su impacto es más que real. Desde ManageEngine recomiendan anticipar los ataques, automatizar los procesos de detección y respuesta, y capacitar constantemente al personal.
Adoptar una cultura de protección digital no solo espanta a los “fantasmas tecnológicos”, sino que fortalece la resiliencia empresarial, impulsando la innovación y garantizando un entorno tecnológico más seguro.

