Santiago de los Caballeros, República Dominicana., Diciembre de 2025.– La angustia, el miedo y la incertidumbre se han convertido en parte de la vida cotidiana de los residentes del sector Santa Lucía, una comunidad vulnerable ubicada en las inmediaciones del vertedero de Rafey, donde una cañada en constante crecimiento representa una amenaza real para la salud, la seguridad y la vida de decenas de familias.
Al menos 60 viviendas se encuentran en peligro inminente, como consecuencia del avance de la cañada, la acumulación de desechos sólidos y el impacto de las lluvias, factores que mantienen a la comunidad en un estado permanente de emergencia y vulnerabilidad social.
La coordinadora del Consejo para el Desarrollo del Barrio Santa Lucía, Rosa Silverio, junto a la dirigente comunitaria Rosanna Báez, denunciaron las condiciones insalubres, la extrema pobreza y la situación desesperante que enfrentan las familias del sector, muchas de las cuales han habitado la zona por más de cuatro décadas.

Ambas líderes comunitarias alertaron que la contaminación y el desbordamiento progresivo de la cañada ya han provocado el colapso total de tres viviendas, además de daños estructurales severos en al menos otras cinco, aumentando el temor de que una tragedia mayor pueda ocurrir en cualquier momento.
“Llevamos 40 años durmiendo entre contaminación y miedo; la gente de Santa Lucía merece un mejor destino”, expresó Silverio, con la esperanza de que una intervención oportuna del Estado permita salvar vidas, devolver dignidad y garantizar seguridad a las familias afectadas.
Por su parte, Rosanna Báez advirtió que la situación se agrava por la presencia de lixiviados provenientes del vertedero de Rafey, cuyos efectos contaminantes desembocan directamente en la cañada, elevando el riesgo de enfermedades, infecciones y daños ambientales irreversibles.
Las comunitarias hicieron un llamado directo a las autoridades gubernamentales para que el sector Santa Lucía sea incluido en los programas de saneamiento y rehabilitación de cañadas, recordando que el Presidente de la República ha impulsado exitosamente proyectos similares en Santiago, logrando mejorar de forma significativa la calidad de vida de cientos de familias en otros sectores.

Cámara de Diputados da un paso clave hacia el saneamiento
En un avance significativo, la Cámara de Diputados de la República Dominicana aprobó recientemente una resolución que solicita al Presidente de la República instruir a los ministerios y entidades competentes para ejecutar el saneamiento y rehabilitación de la cañada de Santa Lucía, ubicada en el Distrito Municipal Santiago Oeste.
La iniciativa fue propuesta por el diputado José David Báez, del partido Fuerza del Pueblo, quien además encabezó una comisión legislativa que realizó un descenso a la cañada, constatando de primera mano la gravedad de la problemática ambiental y social que afecta desde hace décadas a miles de residentes.
Durante la sesión, la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Dharuelly D’Aza, reafirmó el compromiso del Congreso Nacional con esta causa comunitaria, recordando que, junto a otros legisladores, ha realizado múltiples visitas al sector para escuchar a los residentes y verificar las condiciones reales del entorno, en coordinación con la Liga Municipal Dominicana y otras autoridades competentes.
La aprobación de esta resolución coincide con el creciente clamor de la comunidad de Santa Lucía, que exige una intervención urgente al considerar la cañada como un grave riesgo para la salud pública, la movilidad y la seguridad de cientos de familias.
Con esta decisión legislativa, la problemática de Santa Lucía entra de lleno en la agenda nacional, abriendo el camino para que las entidades responsables planifiquen y ejecuten las obras necesarias que permitan transformar una realidad marcada por el abandono en una historia de esperanza.

CIDEL advierte sobre riesgos sanitarios
El director ejecutivo del Centro Integral para el Desarrollo Local (CIDEL), Alfredo Matías, advirtió que la cañada constituye una amenaza directa para la salud de los pobladores, al exponerlos de manera constante a enfermedades derivadas de condiciones insalubres, contaminación ambiental y aguas residuales.
Matías subrayó que intervenir la cañada no es solo una obra de infraestructura, sino una acción urgente de salud pública, justicia social y protección de vidas humanas.
