Implementar un reenfoque en nuestro diario vivir es una decisión de importancia capital, porque implica “tomar la férrea decisión de romper con el círculo vicioso de la monotonía, la improductividad y las insatisfacciones e iniciar una verdadera lucha de cambios y transformaciones que dé como resultado una mejor calidad de vida”, opina el psicólogo dominicano Gil Germán.
Este profesional de la conducta, egresado de la escuela de Psicología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde también realizó una maestría en Terapia Sexual y de Pareja; es el autor del libro “Administrando mi vida”, en cuyas páginas sostiene que el primer paso al reenfocar nuestras vidas es crear las condiciones favorables que nos doten de las fortalezas requeridas para afrontar los nuevos retos que cualquier cambio conlleva.
Además, este académico, quien también obtuvo el título de Licenciado en Derecho en la Universidad de la Tercera Edad (donde imparte desde hace más de 20 años), y ha realizado diversos entrenamientos en Psicoanálisis Personal y de Grupos, bajo la supervisión de la Escuela Dominicana de Psicoanálisis y el Instituto Sigmund Freud de Alemania, resalta la importancia de reenfocar nuestras vidas, para lo cual ofrece las siguientes recomendaciones:
a) Revisar tu sistema de creencias, lo cual significa entender que lo que ayer resultó útil para resolver un determinado problema es posible que ya hoy no sirva; por eso debemos estar abiertos a los cambios que la vida misma nos va imponiendo.
b) Ver la vida con optimismo, pues cuando se piensa de manera positiva sentimos que el camino en la búsqueda de lo que queremos se nos hace más corto y fácil, ya que el optimismo es un tónico para la salud y el bienestar.
c) Poner a funcionar los talentos. De poco sirve poseer muchas habilidades y conocimientos si no los ponemos en práctica para el beneficio personal, familiar, social y laboral.
d) Producir un cambio de imagen personal, porque es necesario comenzar a parecernos a lo que queremos llegar a ser.
e) Suprimir aquellos hábitos que nos perjudica y sustituirlos por otros que nos sirvan de apoyo para alcanzar nuestra meta.
f) Asumir una visión clara, lo que significa tener algún ideal, la dirección hacia donde queremos, pues antes de emprender un camino es importante saber hacia donde nos dirigimos y por qué.
g) Determinar cómo voy a lograr lo que queremos ser cuáles estrategias vamos a utilizar. En esta parte requerimos debemos hacer uso de todas nuestras habilidades, actitudes, nuestro mayor esfuerzo.
h) Establecer cuándo quiero lograr lo que deseo. Con esto estamos hablando de metas, porque las cosas se van logrando de forma gradual: corto, mediano y largo plazo. Debemos cronometrar nuestros objetivos.
i) Asumir con responsabilidad y entusiasmo lo que nos hemos propuesto lograr. Después de iniciar un proyecto no podemos abandonarlo al primer obstáculo, porque el dejar las cosas a medias es una de ineficiencia y una falta de respeto por sí mismo.
j) Recordar que quien da lo mejor de sí mismo en la consecución de sus objetivos se hace merecedor de lograr lo que busca.
Estos consejos del maestro Germán son sumamente importantes, sobre todo si recordamos la frase de Paco Muro en su obra titulada “El pez que no quiso evolucionar”, donde asegura que: “Nada es nunca como siempre. En este mundo de cambios constantes evolucionar no es una opción, es una obligación para sobrevivir.”