Santo Domingo – El fallecimiento de Bernarda Jiménez-Clemente a los 78 años ha dejado un vacío profundo en el ámbito de la defensa de los derechos de los inmigrantes y la lucha por la justicia social. Jiménez-Clemente, oriunda de Moca, República Dominicana, falleció el pasado 3 de septiembre en Santo Domingo, mientras pasaba vacaciones en su tierra natal. Su trayectoria marcó un antes y un después en la historia de la inmigración dominicana en España, consolidándola como una figura emblemática en la defensa de los derechos de los más vulnerables.
Un Compromiso Inquebrantable con los Inmigrantes
Bernarda Jiménez-Clemente se graduó como médica en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) antes de establecerse en España, donde no solo desarrolló una destacada carrera profesional, sino que también se convirtió en una defensora inquebrantable de los derechos de las mujeres inmigrantes. Su labor se centró en la integración de estas mujeres, muchas de ellas dominicanas, que llegaron a España en busca de un mejor futuro.
Jiménez-Clemente fundó y presidió la organización VOMADE-VINCIT, una ONG que jugó un papel crucial en la regularización de más de 45 mil inmigrantes, ofreciendo servicios de asistencia legal y social. La organización, nacida tras el trágico asesinato de Lucrecia Pérez Matos en 1992, se dedicó a promover los derechos de los inmigrantes y a combatir la xenofobia en una España donde el racismo y la exclusión social estaban en aumento. La labor de Jiménez-Clemente fue decisiva para visibilizar las dificultades de las mujeres inmigrantes y su impacto en la sociedad española.
El Caso de Lucrecia Pérez: Un Punto de Inflexión
El asesinato de Lucrecia Pérez, una inmigrante dominicana, fue un momento decisivo en la vida de Bernarda Jiménez-Clemente. Este hecho, ocurrido en 1992 a manos de un policía en un claro acto de racismo, sacudió a la sociedad española y desencadenó una serie de protestas contra el maltrato hacia los inmigrantes. Jiménez-Clemente, a través de su organización, asumió un rol fundamental en el juicio contra el asesino de Lucrecia, logrando que el caso se convirtiera en un símbolo de la lucha contra la discriminación racial.
En reconocimiento a su incansable lucha, fundó el Premio Humanitario Lucrecia Pérez, que durante 20 años celebró el trabajo de aquellos que promovían la solidaridad y el respeto hacia los inmigrantes. Este galardón, entregado a personas e instituciones que luchaban por la igualdad, simbolizó la perseverancia y el compromiso de Jiménez-Clemente con los derechos humanos.
Una Carrera Política y Profesional Ejemplar
En 2008, Bernarda Jiménez-Clemente se convirtió en la primera inmigrante en ser elegida para la Ejecutiva Federal del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), donde ocupó el cargo de Secretaria de Integración y Convivencia. Esta histórica designación reflejó el reconocimiento a su labor en favor de la inclusión y los derechos de los inmigrantes en España. Además de su activismo, Jiménez-Clemente fue una destacada profesional en el campo de la medicina. Especializada en Endocrinología y Nutrición, obtuvo su formación en la Universidad Complutense y la Universidad Autónoma de Madrid, y fue directora de la Clínica Armonía y Cemes Medical en Madrid y Santo Domingo. A través de estas clínicas, ofreció tratamientos especializados en nutrición y medicina estética, extendiendo su compromiso con el bienestar humano.
Reconocimientos Internacionales y Legado
Jiménez-Clemente fue ampliamente reconocida por su labor humanitaria. En 2023, recibió el prestigioso premio Menina NWW Almudena Grandes, que destaca a mujeres comprometidas con la igualdad y el feminismo. Su legado como defensora de los derechos humanos, en particular de las mujeres inmigrantes, deja una huella imborrable tanto en España como en su país natal, República Dominicana.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al que dedicó gran parte de su vida, emitió un mensaje de condolencias, destacando su lucha incansable por la justicia social y la diversidad. La Embajada de República Dominicana ante el Reino de España también lamentó su pérdida, resaltando su doble nacionalidad dominicana y española, y su impacto en la vida de miles de inmigrantes.
Un Adiós Inolvidable
El cuerpo de Bernarda Jiménez-Clemente será velado en la Funeraria Blandino, en Santo Domingo, el próximo viernes 6 de septiembre. Le sobreviven su esposo, Pedro Álvarez Pastor, y sus hijos, Pedro Luis y Stephany. El legado de Jiménez-Clemente va más allá de las fronteras dominicanas y españolas. Su vida fue un testimonio de entrega y lucha por los derechos de quienes muchas veces no tienen voz. Al recordarla, no solo se celebra a una médica y activista, sino a una figura emblemática en la defensa de la dignidad humana. Su fallecimiento marca el final de una vida dedicada a la lucha por la justicia, pero su legado sigue vivo en los miles de inmigrantes que ayudó y en las generaciones futuras que continuarán su obra. Bernarda Jiménez-Clemente será recordada como una mujer que desafió los estereotipos y luchó por un mundo más justo.