Todavía no amanecía cuando una ola de mensajes de texto despertó al jardinero de los Padres, Jon Jay, en su hogar en California. Del otro lado de los Estados Unidos en la Florida, el celular del ex lanzador de los Marlins, Liván Hernández, no dejaba de sonar.
En primera instancia, el cubano Hernández pensó que se trataba de una broma pesada. Luego encendió el televisor. En la costa oeste, Jay se encontraba consternado y confundido a la vez, inclusive después de haberse enterado de la noticia por un mensaje en su teléfono celular.
La noticia de la trágica muerte del as de los Marlins, el cubano José Fernández, se esparció rápidamente por todo Estados Unidos y Cuba. La reacción fue la misma: Incredulidad. Tristeza.
Fernández falleció la madrugada del domingo tras sufrir un accidente marítimo en Miami Beach. Tenía apenas 24 años de edad.
Fernández se crio en Cuba, donde la mayoría de las calles carece de pavimento. Lanzaba rocas y «todo el tiempo» traía con él un palo de madera para pegarle a las piedras, le reveló a MLB.com en 2013. A la edad de 15 años, decidió subirse a una balsa y desertar de la isla, porque «quería intentar cosas nuevas y demostrarle a su familia que era capaz de lanzar en Grandes Ligas», le dijo Fernández a MLB.com durante la misma entrevista en Miami.
Detrás dejó a su familia, — incluyendo a su querida abuela, quien al final se reencontraría con su nieto en los Estados Unidos. Su emotivo reencuentro en el clubhouse de los Marlins conmovió a millones de fanáticos, quienes se solidarizaron con el lanzador y su familia, además de admirar su pasión por el juego.
«Ambos crecimos en Santa Clara (Cuba) y esto duele de verdad», lamentó Hernández, quien desertó de la isla en 1995 y posteriormente ganó una Serie Mundial con los Marlins en 1997. «Nadie lo puede creer, porque se trata de una pérdida tan increíble y porque era un muchacho que siempre estaba sonriendo. Lo lamento por su familia, su madre y su abuela quienes siempre lo iban a ver lanzar. No puedo imaginar el dolor que ellos sienten y estoy rezando por ellos».
Jay, de ascendencia cubana y criado en Miami, planeaba ir de pesca con Fernández durante el receso de temporada. El lanzador de los Peces tenía una presencia constante en los eventos de caridad de Jay en el área de Miami y ambos mantenían una amistad cercana.
«Es una pérdida para la comunidad del béisbol y una pérdida para la comunidad latina, sobre todo la de Miami», destacó Jay. «Es algo que nos tiene impactados. Era un chico agradecido de la vida y estaba consciente de lo que significaba haber dejado Cuba para llegar a los Estados Unidos».
El jardinero de los D-backs, Yasmany Tomás, quien desertó de la isla en el 2014, recibió la noticia de su compatriota y coach en Arizona, Ariel Prieto, la mañana del domingo. Orlando Chinea, uno de los primeros coaches de pitcheo de Fernández, fue también instructor de Prieto en Cuba.
«Es una irreparable pérdida para los cubanos porque era uno de nosotros y venía de nuestro país», comentó Tomás. «Era un pelotero muy querido en Miami, los Estados Unidos y Cuba».
El infielder de los Astros, Yulieski Gurriel, quien salió de Cuba en febrero, conocía a Fernández desde que éste era un pequeñito. Fernández y el hermano menor de Gurriel, Lourdes, jugaron juntos en las ligas juveniles de la isla.
«Esta no es solamente una pérdida para Cuba, sino para todo el mundo y se ha ido uno de los mejores lanzadores que el béisbol de Grandes Ligas haya visto», opinó Yulieski. «Mi corazón y mis condolencias para con su familia. Que Dios lo tenga en su gloria, mi ‘bro'».
Hasta la fecha han jugado cerca de 200 peloteros cubanos en la Gran Carpa, y casi 100 desde que Fidel Castro asumió el poder en 1959. Fernández era uno de los mejores.
«Mi abuelo, que está en Puerto Rico, lleva 40 años fuera de Cuba y de la misma forma que habla de Yasiel habla de José», expresó el jardinero de los Dodgers, Enrique «Kike» Hernández, quien fue compañero de Fernández en el 2014. «Tener un efecto tan grande en todo un país y en el béisbol nos demuestra la clase de talento y la clase de persona que era José. Mi abuelo decía que ver a José lanzar era impresionante, el hecho de que un jovencito como él tenía el talento para paralizar a todo un país. Todo el país dejaba lo que estaba haciendo para verlo lanzar».
Puig, quien salió de Cuba en el 2012, era amigo cercano del lanzador y dijo que Fernández fue una de las primeras personas en saber que había llegado a los Estados Unidos. El domingo, Puig recordó una tarde hace un par de semanas en la que ambos salieron a cenar juntos en Miami.
Perder a Fernández, su coterráneo, es irreal, dijo.
«Era un gran chico y además me gustaba cómo jugaba al béisbol. La manera en que trataba a su mamá, a su abuela, a sus compañeros de equipo y a otros jugadores como a mí».
La muerte de Fernández llega en un momento en que la relación entre los Estados Unidos y Cuba mejora poco a poco. En diciembre pasado, Abreu, Puig, el receptor de los Cardenales Brayan Peña y el campocorto de los Rays Alexei Ramírez, junto a Jay, el lanzador de los Dodgers Clayton Kershaw, el toletero venezolano de los Tigres Miguel Cabrera y el cañonero dominicano de los Marineros Nelson Cruz viajaron a La Habana como parte de una visita de buena voluntad organizada por MLB y la Asociación de Jugadores de Grandes Ligas. En marzo pasado los Rays jugaron ante la Selección de Cuba en el Estadio Latinoamericano de La Habana.
El ex astro Luis Tiant, seleccionado tres veces al Juego de Estrellas y quien dejó Cuba en 1961, hizo el primer lanzamiento ceremonial previo a dicho partido.
«Es un evento trágico que me llega directo al corazón», dijo la leyenda de los Medias Rojas. «Mando mis mejores deseos en este duro momento a la familia de Fernández. Nos dejó muy pronto y definitivamente iba en camino al estrellato en las Mayores. Es duro de verdad».
La tristeza de lo acontecido se sintió en Cuba.
«Es devastador para nosotros, un golpe muy duro», dijo Antonio Díaz Susavila, vocero de prensa oficial de la Selección Nacional de Cuba. «Se fue a los Estados Unidos siendo un niño y llegó con el entrenamiento de aquí. Parte de él estaba aquí. Sé que amaba a Cuba y al béisbol cubano. Es una pérdida irreparable».
Por su parte, el cañonero de los Reales y compatriota de Fernández, Kendrys Morales, expresó lo siguiente: «Nosotros aquí en Kansas City estamos sintiendo lo mismo que los familiares de José Fernández. Sentimos mucho esta pérdida y que Dios lo tenga en su gloria».