El desvelado complot contra la gestión municipal de Santo Domingo Este que encabeza Manuel Jiménez, es sin lugar a dudas un acto reprochable que pone al descubierto hasta donde nos ha llevado la descomposición social en la República Dominicana, donde se implementa una acción perversa que tiene orígenes diversos factores perversos sin guardar las apariencias.
Nuestras sospechas sobre lo que viene aconteciendo en Santo Domingo Este resultaron ser legítimas. No era fortuito la aparición en la redes sociales de basureros, cual montajes diseñados para una película de caos, que los facinerosos reseñaban con mal disimulado objetivo de instigar a la formación de una mala imagen del cabildo y su principal incubente.
Verdaderamente, acciones como las reveladas, y otras que saltan a la vista sus malas intenciones, son actos reñidos con la ley, o en otros términos, vandálicos, propios de personas mafiosas que en su afán de manejar el negocio de la basura se prestan a todo y contra todo lo que les afecten sus carroñosos intereses.
Lo penoso del caso es que gente, y hasta grupos, con poder político-empresarial-mafioso, están envueltos en una trama. Estos no tienen escrúpulos y mucho menos corazón humano. Digo que no tienen corazón humano porque asumir esa compostura descarriada es propio de bestias que sólo le importa su sobrevivencia.
Entrelazando con el párrafo anterior, entendemos que quien juegue con la salud de los habitantes del municipio más poblado del país no tiene calificativo alguno. Cómo es posible poner en riesgo a la población, incentivar el surgimiento de plagas, enfermedades y una crisis medioambiental con el objetivo de desacreditar una gestión municipal que desmontó todo un entramado mafioso que regía en el negocio de la basura.
Los organismos de inteligencia nacionales deben de poner mucha atención a este tipo de acciones. Sin aun no lo han realizado, esos organismos deben de poner en su puesto a los autores materiales e intelectuales, apresarlos, someterlos a la justicia porque lo que viene realizando es un acto de terrorismo medio ambiental, es un crimen abominable que debe dársele un castigo super ejemplar para que se frene de una vez y por toda esta categoría de crimen y no se tenga un efecto domino y lo extrapolen a otros municipios o sectores de la sociedad.
Pero es necesario que los ciudadanos deban unirse y combatir esa mala práctica que afecta su salud, su medio ambiente, su buen vivir. Deben estar atento y denunciar, filmar, fotografiar, enfrentar y reclamar, a quienes se presten al ejercicio indecoroso de fuñir la paciencia con la basura.
Debemos concluir que el complot no es contra Manuel Jiménez y el Ayuntamiento de Santo Domingo Este, el complot político-económico-mafioso es contra la gente que allí reside.