Una investigación publicada en la revista científica Frontiers in Medicine cuestiona el predominio del modelo biomédico en el tratamiento de la depresión y la influencia de la industria farmacéutica en la psiquiatría moderna.
Según el estudio, el aumento dramático en la prescripción de medicamentos psiquiátricos refleja la comercialización de psicotrópicos como soluciones universales, lo que ha generado preocupaciones sobre su efectividad real y sus posibles daños.
Críticas a la industria farmacéutica
Los investigadores señalan que el énfasis en el diagnóstico y tratamiento farmacológico de la depresión responde más a intereses comerciales que a necesidades de salud pública. La industria ha creado un mercado global de miles de millones de dólares para medicamentos antidepresivos, lo que incentiva a mantener una comprensión biomédica del malestar humano.
“Los principios comerciales son incongruentes con los principios que deberían guiar las investigaciones e intervenciones en salud pública”, afirman los autores, quienes critican las sobreestimaciones de la eficacia de los psicotrópicos y la subnotificación de sus efectos adversos.
El impacto del modelo biomédico
El estudio resalta cómo los modelos psiquiátricos actuales tienden a codificar problemas sociales como la desesperación, el estrés y la insatisfacción laboral bajo el diagnóstico de trastorno depresivo mayor, considerado un problema biológico que requiere medicación. Este enfoque, según los autores, no aborda las raíces estructurales y sociales de estos malestares.
Una perspectiva biopsicosocial como alternativa
Para avanzar en el tratamiento de la depresión y otras condiciones de salud mental, los investigadores abogan por un enfoque biopsicosocial, que considere factores biológicos, psicológicos y sociales en lugar de depender exclusivamente del modelo biomédico. Este enfoque no reduccionista es esencial, según el estudio, para desarrollar intervenciones que realmente beneficien al público.
Reflexión final
El trabajo destaca los niveles crecientes de estrés, agotamiento e insatisfacción en la sociedad contemporánea y cómo estos factores han sido medicalizados de manera generalizada. Los autores hacen un llamado a replantear las investigaciones en salud mental y a priorizar intervenciones que no estén influenciadas por intereses comerciales, sino por el bienestar colectivo.