En República Dominicana, un país tradicionalmente inclinado hacia el consumo de pescados de agua salada, la acuicultura ha dado un giro notable gracias a la aceptación masiva de las tilapias, un pez que antes era rechazado por su supuesto «sabor a tierra». Este cambio se debe, en gran parte, al apoyo del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA), liderado por Hecmilio Galván, quien ha encabezado una revolución en la producción y el consumo de este pez, impulsando la seguridad alimentaria y el desarrollo comunitario.
Un sector en auge
La acuicultura, que hace unos años era sostenida por apenas 20 o 30 piscicultores, ahora cuenta con más de 3,000 productores que cultivan tilapia, camarón, dorada y mero basa. Se espera que para finales de 2024 la producción de tilapias alcance los 37,434 quintales, un aumento significativo respecto a los 26,676 quintales registrados en 2020. Este crecimiento del 48.7 % está en sintonía con el mercado global de tilapias, que este año llegará a las siete millones de toneladas.
El impacto del FEDA
Desde mediados de 2023, el FEDA ha invertido más de RD$40 millones en iniciativas que incluyen donaciones de alevines, capacitaciones técnicas, financiamiento de proyectos y la promoción del consumo de tilapias. Se han entregado 3.1 millones de alevines a 327 piscicultores y se ha capacitado a 4,636 acuicultores en técnicas modernas, marcando un hito en la historia del sector acuícola dominicano.
Bajo el lema “Dao al pecao”, el FEDA busca reducir la dependencia de importaciones de pescados y mariscos, que en 2023 representaron RD$14,650 millones, e incrementar la producción local con el objetivo de añadir 245,000 libras adicionales de tilapia al año y aumentar el consumo nacional en un 10 %.
Proyectos comunitarios destacados
El FEDA ha apoyado asociaciones como la Cooperativa de Producción y Servicios Múltiples del Sector Moscú (San Cristóbal), que recibió RD$1.5 millones para criar tilapias, y la Asociación de Mujeres La Nueva Esperanza (Yamasá), que obtuvo RD$2.2 millones para establecer un centro acuícola. También, la Cooperativa El Cascajal (San Rafael del Yuma) fue beneficiada con RD$1.5 millones para la construcción de estanques.
Además, el FEDA financia restaurantes especializados como el de la Cooperativa MUPROTICOOP en Dajabón y el de ASOPEYA en Tavera, La Vega, promoviendo el consumo de tilapia como una opción culinaria sostenible y accesible.
Tilapias en la mesa dominicana
La tilapia, con variedades como la negra del Nilo y la roja, ofrece una alternativa económica y nutritiva a las carnes tradicionales. Su contenido proteico y su bajo nivel de grasas, junto con vitaminas y minerales esenciales, la convierten en un alimento ideal para una dieta balanceada. Su integración a la gastronomía criolla, incluso como sustituto en la «bandera dominicana», resalta su versatilidad.
El precio competitivo de la tilapia en el mercado local —RD$165.98 la libra de tilapia roja y RD$169.48 la negra— la posiciona como una opción atractiva frente a otros productos cárnicos.
Promoviendo el consumo local
Como parte de la estrategia Consume lo Nuestro, el FEDA invierte RD$6 millones en campañas de promoción de pescados y mariscos, participando en ferias como la del Coco y el Pescado en Samaná y la de la Presa de Taveras.
Hecmilio Galván concluye que el impulso al cultivo y consumo de tilapias no solo fortalece la seguridad alimentaria, sino que mejora las condiciones de vida de comunidades vulnerables, marcando un antes y un después en la acuicultura dominicana.