Santo Domingo, R.D. – En un mundo donde cada hora se registran miles de ciberataques a redes empresariales, gubernamentales y personales, la inteligencia artificial (IA) se posiciona como la herramienta más avanzada para enfrentar estas amenazas. Lo que antes eran ataques aislados hoy se ha convertido en ofensivas automatizadas, invisibles y persistentes que ponen a prueba la capacidad de defensa digital de los países.
En República Dominicana, el panorama no es ajeno a esta realidad. De acuerdo con cifras del Centro Nacional de Ciberseguridad (CNCS), solo en 2023 se detectaron 980 millones de incidentes contra plataformas del gobierno, lo que evidencia la urgencia de adoptar nuevos mecanismos de protección.
Inteligencia artificial contra el cibercrimen
A diferencia de los sistemas tradicionales, que dependen de reglas fijas o respuestas manuales, la IA incorpora defensas dinámicas capaces de:
- Detectar patrones sospechosos en tiempo real, aunque no hayan sido registrados previamente.
- Aprender del comportamiento de usuarios, dispositivos y aplicaciones para identificar anomalías.
- Automatizar respuestas inmediatas, como aislar un equipo comprometido o bloquear accesos no autorizados.
- Reducir falsas alarmas, permitiendo a los equipos de TI enfocarse en las amenazas críticas.
“En un entorno donde los ciberataques evolucionan en magnitud y complejidad, la IA no busca reemplazar el criterio humano, sino potenciarlo”, explicó Wilson Calderón, director técnico asociado de ManageEngine para Latinoamérica.
Respuesta del Estado dominicano
El gobierno dominicano también ha reforzado su estrategia frente al cibercrimen. Con el Decreto 612-24, se reorganizan las responsabilidades estatales en materia de ciberseguridad y se crean nuevas estructuras, como:
- Una unidad nacional de ciberpatrullaje.
- Protocolos judiciales para la evidencia digital.
- Alianzas con instituciones como el MAP y el CDP, enfocadas en la capacitación de servidores públicos y la creación de una cultura de prevención digital.
Del futuro al presente
Para los especialistas, la inteligencia artificial no es un recurso futurista, sino una realidad operativa que ya transforma la manera de proteger datos y redes. Mientras los atacantes automatizan sus métodos, las organizaciones que integran IA en sus sistemas defensivos no solo reaccionan, sino que prevén y predicen con mayor precisión, posicionándose un paso adelante en el complejo tablero de la ciberseguridad.