Santo Domingo se vistió de naranja en honor a la festividad nacional neerlandesa, consolidando los lazos de cooperación entre la República Dominicana y el Reino de los Países Bajos
Entre colores brillantes, sonrisas cálidas y el aroma de tradiciones compartidas, la Embajada del Reino de los Países Bajos en la República Dominicana celebró con entusiasmo y elegancia el Día del Rey (Koningsdag), una de las festividades más emblemáticas del pueblo neerlandés y símbolo de unidad en todo el Reino.


La noche del miércoles, la capital dominicana se convirtió en el epicentro de una celebración marcada por la diplomacia cultural y la fraternidad. En honor al natalicio de Su Majestad el Rey Guillermo Alejandro, la sede diplomática neerlandesa organizó una recepción que reunió a decenas de representantes del cuerpo diplomático, autoridades dominicanas, líderes empresariales y miembros de la sociedad civil.

La ceremonia inició con un gesto solemne: la interpretación de los himnos nacionales de la República Dominicana, del Reino de los Países Bajos y de la Unión Europea. El acto protocolar dio paso a un emotivo discurso del embajador neerlandés, S.E. Frank Keurhorst, quien destacó la profunda historia compartida entre ambos países:
“Hoy celebramos no solo el cumpleaños de nuestro Rey, sino también una relación de más de 500 años. Nos unen el respeto mutuo, la sostenibilidad y una visión de futuro basada en la innovación”, afirmó el diplomático.

El evento también contó con la intervención del Viceministro de Política Exterior Multilateral, Rubén Silié, en representación del Ministerio de Relaciones Exteriores dominicano. El funcionario expresó su reconocimiento por la colaboración bilateral, haciendo énfasis en áreas clave como el comercio, el desarrollo sostenible y la seguridad regional. “La cooperación con los Países Bajos ha sido clave para el avance conjunto en temas globales de alto impacto”, aseguró.

Un brindis por la cultura, el entendimiento y el futuro
El ambiente se tornó aún más festivo durante el brindis oficial, donde se reafirmaron los lazos que unen a Europa y el Caribe. Entre música local, intercambios amistosos y un clima de optimismo, los invitados también tuvieron la oportunidad de experimentar un pedazo de la cultura neerlandesa con el tradicional juego de mesa sjoelbak, una actividad interactiva que despertó sonrisas y curiosidad entre los presentes.
Esta velada no solo conmemoró una fecha significativa para los neerlandeses, sino que también celebró el entendimiento intercultural, el respeto diplomático y el valor de construir puentes entre pueblos diversos.
Al cierre del evento, la Embajada agradeció profundamente la presencia de todos los asistentes y renovó su compromiso de seguir promoviendo la cooperación bilateral entre los Países Bajos y la República Dominicana, en beneficio de ambas naciones y sus ciudadanos.