Se trata de un dispositivo pionero en el mundo que es capaz de sentir emociones, aprender de su experiencia y adaptarse a las necesidades de cada persona.
• Del modelo de robot Aisoy1 ya se han vendido más de 1.500 unidades y se prevé que Aisoy1 Kik llegue a más de 2.000 familias y profesionales antes de que acabe el año
• El ratio de casos de autismo por nacimiento en España ha crecido significativamente en la última década
• La nueva generación de robots dispone de sensores de tacto, micrófono, acelerómetro y una cámara para llevar a cabo diversos juegos y retos que desarrollan las inteligencias múltiples de cada niño
La ingeniería robótica y la inteligencia artificial (IA) más revolucionarias al servicio de la educación, el tratamiento de trastornos infantiles y la prevención de fenómenos como el acoso escolar. Es la propuesta en la que, desde 2009, trabaja la start-up española Aisoy Robotics, que ha desarrollado una tecnología robótica y una IA pionera centrada en el entorno educativo y muy enfocada a personas con autismo o daño cerebral.
El grupo de matemáticos e ingenieros que formaron Aisoy Robotic fue el responsable de desarrollar «el primer robot capaz de expresar emociones», que cuenta con un motor emocional para evolucionar según la propia experiencia del dispositivo y aprender de su propia experiencia, un motor de diálogo para poder conversar con él y un revolucionario «mentor», que descubre las inteligencias de cada niño y las estimula de forma personalizada. Ahora, la compañía española comercializa una nueva generación de robots, llamados Aisoy1 KiK, una herramienta con múltiples recursos para tratar a niños con diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA), déficit de atención o hiperactividad. Aisoy Robotics apuesta por la robótica emocional y la inteligencia artificial desde el parque científico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche (Alicante).
Este robot social e inteligente, basado en la potente computadora Raspberry Pi 3, incluye el uso de un mecanismo que ayuda a mejorar las habilidades cognitivas, emocionales y sociales. Es capaz de almacenar en su memoria mediante su motor emocional sus experiencias, lo que le hace reaccionar de manera similar a como lo haría una persona, aprendiendo de su entorno y ofreciendo las respuestas más adecuadas a cada persona. En su última versión, los robots pueden interconectarse en la nube y podrán en breve comunicarse con otros Aisoy1 Kik para compartir la información recabada y mejorar la experiencia, lo que se ha visto como un primer paso hacia el ‘Internet de las Cosas Afectivas’ que promueve este proyecto.
Aisoy1 Kik está dotado de un complejo sistema de sensores y actuadores que le permite recopilar información del entorno que le rodea y actuar sobre él. Entre ellos, sensores de tacto, micrófono para detectar el habla, acelerómetro para conocer la posición de su cuerpo y una cámara que permite detectar caras en su campo de visión, la luminosidad del ambiente, colores (beta), OCR y códigos QR, para enriquecer cualquier juego o actividad que el robot lleve a cabo con el niño.
El número de casos de autismo en España crece a razón de 1 por cada 67 nacimientos, un ratio muy desolador respecto al 1 por cada 1.000 que se registraba hace una década. La propuesta de Aisoy Robotics está muy centrada en la ayuda a niños con trastornos, de forma que el robot actúa como un ayudante del terapeuta, expresando emociones para mejorar el vínculo emocional con el niño y para facilitar la realización de las actividades propuestas por el terapeuta. Aisoy1 Kik está creado para ayudar a mejorar significativamente la calidad de vida del niño.
Además, este robot educativo de creación española, no es solamente un dispositivo inteligente «sino una completa herramienta educativa y creativa», que trabaja para forjar un mejor futuro personal y profesional del usuario. Mediante el sistema operativo emocional Airos y la herramienta Aisoy Lab App, el niño aprende a programar, realizar retos y a despertar su curiosidad con contenidos orientados al desarrollo de las inteligencias múltiples. Esta tecnología le ha valido a Aisoy Robotics el premio como empresa innovadora en el sector de la educación.
Además, el robot se ha convertido en un importante aliado para combatir el bullying, un fenómeno que crece imparable en España con un aumento del 20% en el último año (más de 1.400 casos en 2017) y que se cobra la vida de 200.000 jóvenes y niños al año en la Unión Europea, según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El robot de Aisoy facilita la detención de estos casos. La empresa española colabora con la organización educativa Brave Up, quienes han desarrollado una aplicación web y móvil para prevenir el acoso escolar y mejorar la convivencia en las escuelas. Brave Up está incluyendo en sus sesiones el uso de Aisoy, mejorando con ello el comportamiento y el conocimiento de los alumnos de los centros escolares.
El robot, según José Manuel del Río, responsable de Aisoy Robotics, «facilita el acercamiento a niños a los que es difícil acceder emocionalmente», siendo más sencillo en un primer momento que estos compartan sus sentimientos con un dispositivo robótico, que ha entrado en su círculo de confianza y que no les juzga, antes que con sus padres o profesores.
Aisoy1 KiK ya está disponible desde la página web de Aisoy Robotics (en sus tres modelos KIK-A, KIK-E y KIK-O) desde 299 euros. Del modelo Aisoy1 ya se han vendido más de 1.500 unidades y se prevé que Aisoy1 Kik llegue a más de 2.000 familias y profesionales antes de que acabe el año.