Dentro de la pluralidad de signos de la escena, el vestuario forma parte del subsistema de significación contribuyendo de manera especial a la construcción del personaje.
Esta obra de los prestigiosos diseñadores Diana Fernández González y Derubín Jácome Rodríguez representa un acercamiento imprescindible para los amantes de la escena dramática. El libro cuenta con un prefacio de la dramaturga y directora de teatro, Liuba Cid.
Vestir al personaje. Vestuario escénico: de la historia a la ficción dramática, es un compendio de estudios y clasificaciones integradas a cada periodo de la historia del arte escénico, también dramático y cinematográfico, desde los orígenes del teatro hasta reformas escénicas del siglo XX; categorizaciones, códigos históricos e ideográficos, iconografía, universo visual, todo ello aplicado al diseño de la imagen del personaje en función del espectáculo. Los griegos ya aplicaban efectos psicológicos al vestuario y la indumentaria escénica para añadir una determinada carga simbólica a sus personajes, y del estilizado coturno del modelo griego que alteraba las dimensiones del actor, la comedia latina bajó a la “planipeda”, descalzando al mimo y habilitando nuevos patrones cada vez más cercanos a la sátira social.
Continuas derivaciones y transiciones del universo representacional del personaje dramático, a través del vestuario, se suceden a lo largo de la historia del arte escénico; la austeridad de la Edad Media con sus escenarios portátiles y rudimentarias telas como fondo para narrar misterios y milagros, la comedia humanística con sus tipos sociales y la técnica de representación de los cómicos dell arte con su repertorio de máscaras, configuran un planisferio de lo específicamente teatral madurado, ya sea en el corral de comedias, en las salas de palacio o en jardines en los que se representa el espectáculo soberbio y cortesano del teatro ilusionista de Daniel Rabel, Henry de Gissey, o Jean Bérain el Viejo, Giovanni Battista Alleoti, Giacomo Torelli…, padres de la escena moderna.
Cuando François-Joseph Talma, actor y director francés, interpretó a “Próculo” en la tragedia Bruto, de Voltaire; sin la peluca empolvada y solo con una toga romana que dejó al descubierto brazos, piernas y parte del pecho, se forjaba en la escena de la segunda mitad del S. XVIII, una revolución que rompía con la noción del vestuario decorativo. Estas pequeñas reformas, incomprendidas en su momento por la crítica y la profesión, allanaron el camino hacia una nueva etapa en la que, poco a poco, un trozo de vida real fue apoderándose de la escenografía, la indumentaria, el maquillaje y los complementos; el naturalismo escénico y el simbolismo irrumpían en la escena europea hacia finales del s. XIX y comienzos del XX. Una nueva concepción escénica nacía influenciada por manifiestos filosóficos y artísticos, la obra dramática quedaba expuesta a la acción determinante de otros factores, perdía la “virginidad literaria” garante de su normativa y canon.
Vestir al personaje. Vestuario escénico: de la historia a la ficción dramática es un libro escrito por dos especialistas del diseño escénico: Diana Fernández y Derubín Jácome, con extensa experiencia y alternancia profesional entre el teatro y el cine, constituye una vasta cronología de la evolución del diseño a través de la historia del espectáculo y sus múltiples derivaciones hacia el cine, y enfatiza, como parte necesaria del proceso creativo, en la compleja traslación a la ficción del vestuario histórico, del cual se resumen algunos de sus términos en un nutrido anexo.
En palabras la dramaturga y directora teatral Liuba Cid, es «Un material de incalculable valor metodológico por las claves y herramientas que ofrece, no solo a estudiantes, sino también a especialistas que encontrarán en sus páginas recursos técnicos imprescindibles para desplegar un proyecto de diseño multidisciplinar, desde la aproximación primera al personaje y su imagen escénica, las diferentes soluciones creativas para su materialización, hasta el diseño y ejecución en función del presupuesto y las necesidades del montaje».
La cubierta corresponde al montaje de la obra Celos y agravios realizada por Liuba Cid.
DIANA FERNÁNDEZ GONZÁLEZ (New York, EEUU, 1949)
Diseñadora de vestuario escénico, docente e investigadora. Ha diseñado el vestuario de decenas de puestas teatrales, largometrajes y series para televisión. Posee más de cuarenta años de experiencia como docente. Ha participado como ponente invitada en eventos científicos, jornadas y congresos en Cuba, España y otros países en Europa y América. Ha escrito y publicado artículos y textos sobre su especialidad. Profesora en diversas instituciones españolas y latinoamericanas, entre ellas: Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM) y la Universidad Carlos III de Madrid (Máster en Comunicación de Moda y Belleza VOGUE), en España; Universidad San Francisco de Quito, Ecuador; Universidad Veritas de San José, Costa Rica; Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, Cuba.
DERUBÍN JÁCOME RODRÍGUEZ (Matanzas, Cuba, 1948)
Director de arte para cine, escenógrafo y diseñador de vestuario escénico. Ha creado escenografía, luces y vestuario para más de cincuenta puestas en escena teatrales. Posee una amplia filmografía de producciones realizadas en países como Cuba, España, México, Francia, Nicaragua, Brasil. Miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España desde 2004. Más de cuarenta años de experiencia docente en Cuba y España. Profesor de Dirección Artística en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM) y docente en la Facultad de Arquitectura de la UPM (Máster en Diseño de Arquitectura de Interiores), la Universidad Veritas de San José, Costa Rica y la Escuela Internacional de Cine y Televisión EICTV, San Antonio de los Baños, Cuba, entre otros. Ha obtenido premios por su labor como director de arte, entre ellos, los Premios Corales del VIII, XI y XII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y Premios del Festival de la UNEAC por Un hombre de éxito (Solás,1986) y La Bella del Alhambra (Pineda, 1989) y por la serie para TV La Botija (Lejardi,1990).