SAN ANTONIO.— Villanova se coronó por segunda vez en tres años en el basquetbol universitario, al aplastar el lunes 79-62 a Michigan, gracias a un aporte de 31 puntos de Donte DiVincenzo.
El jugador pelirrojo ingresó como suplente, se mostró encendido con su disparo, y no dejó de intentar encestes mientras la multitud coreaba su apellido. Cuando DiVincenzo dejó de atinar tiros, Villanova tenía el título en la bolsa y el basquetbol colegial tenía una nueva estrella.
Nada mal para un jugador que supuestamente se especializa en labores defensivas. Tras el encuentro, se le preguntó qué disfruta más, si encestar o defender.
“Tapar disparos, definitivamente”, respondió. “Me enorgullezco de mi defensiva y simplemente le aporto energía al equipo”.
Ayudó con algo más que eso.
DiVincenzo, jugador de segundo año, sumó 12 puntos y una asistencia para que los Wildcats (36-4) tomaran una amplia delantera en la primera mitad. Anotó nueve unidades sin respuesta cuando mediaba la segunda parte para liquidar el compromiso.
Coronó su actuación con un triple, seguido de un guiño a los cronistas de la TV.
Villanova ganó los seis partidos de los playoffs por una ventaja de al menos 10 puntos. Esa proeza sólo había sido conseguida por Michigan State (2000), Duke (2001) y Carolina del Norte (2009).
“Creo que dimos nuestro mejor partido en la final”, valoró el entrenador Jay Wright.
¿Será éste uno de los mejores equipos de la historia?
Quizá, si se considera la forma en que el equipo de Wright destruyó a todos los rivales en un torneo en el que abundaron las sorpresas y en que los partidos apretados fueron la norma.
Además, los Wildcats ganaron prácticamente en todas las formas imaginables. Este triunfo llegó dos noches después de que impusieron un récord del Final Four, al acertar 18 triples.
Una semana antes, se apoyaron más en su defensiva, para derrotar a Texas Tech en la ronda de cuartos de final.
Así que el debate dará para más.
